En la historia del fútbol existen miles de jugadores que disputaron Mundiales, pero solo uno logró un hecho imposible de repetir: jugar dos finales de Copa del Mundo con selecciones diferentes.
Su nombre fue Luis Monti, un mediocampista argentino-italiano que dejó una huella imborrable en los años 30, cuando el fútbol mundial apenas estaba dando sus primeros pasos.
🇦🇷 De Argentina a Italia: una historia insólita
Luis Monti nació en Buenos Aires en 1901 y comenzó su carrera profesional en San Lorenzo de Almagro.
Su talento lo llevó a ser convocado por la Selección Argentina para el Mundial de Uruguay 1930, donde fue una de las figuras destacadas del torneo.
Ese año, Argentina llegó a la final, pero cayó 4-2 ante la selección local.
Pocos imaginaban que, cuatro años después, Monti volvería a jugar una final… pero vestido con otra camiseta.
🇮🇹 El paso a Italia y la segunda final del Mundial
En 1932, Monti emigró a Italia para jugar con la Juventus, y gracias a sus raíces italianas obtuvo la ciudadanía.
Esto le permitió ser convocado por la Selección de Italia, dirigida por Vittorio Pozzo, para el Mundial de 1934.
Italia llegó a la final tras una campaña sólida, y Monti repitió lo que pocos soñaban: disputar otra final de Copa del Mundo, esta vez ante Checoslovaquia.
El resultado fue distinto: Italia ganó 2-1 y Monti se consagró campeón del mundo, logrando un récord que nadie más ha igualado hasta hoy.
🌍 Un récord imposible de repetir
Debido a las normas actuales de la FIFA, que prohíben representar a más de una selección nacional en competiciones oficiales, el caso de Luis Monti jamás podrá repetirse.
Es el único futbolista en toda la historia que jugó dos finales de Mundial con países distintos, un hito que refleja otra era del fútbol: más libre, más romántica y menos reglamentada.
Luis Monti es una leyenda poco recordada, pero su historia representa un capítulo fascinante del fútbol antiguo.
Su recorrido entre Argentina e Italia simboliza una época donde el talento y las raíces familiares podían cambiar el rumbo de una selección entera.
Hoy, su nombre permanece en la historia como el único jugador que disputó dos finales de Mundial con diferentes países, un récord que quedará para siempre.
